Un domingo por la mañana nos fuimos al pueblo de mis abuelos. Durante el
viaje tenía la impresión de que algo mágico pasaría ese día.
Llegamos pronto y decidimos ir a limpiar la casa de mis bisabuelos, eran
los antiguos panaderos del pueblo, vivían en un antiguo molino de madera.
Mientras la mayoría limpiaban y contaban anécdotas divertidas que habían
vivido allí, mi prima y yo subimos por unas escaleras de madera que crujían
tanto que parecía que chillaban, parecía que se iban a partir los peldaños a
nuestro paso. Ya arriba pisé una tabla que se movía mucho, al pisarla se
hundió y al intentar arreglarla vi algo
que, según mi prima, era un libro en blanco. La portada era muy antigua de color
rojo y con unas ramas doradas, las letras de la portada casi no se veían pero
conseguí leer: ``Mi Diario.´´
Y en él empecé a leer:
``Esto que voy a contar me sucedió hace un tiempo y no lo hemos contado
a nadie".
Estábamos en el campo de batalla, el enemigo nos bombardeaban, nos
llovían tiros por todos lados, se nos acabó la munición, se nos echaban encima
y no tuvimos mas remedio que huir, todos los compañeros caían.
Al fin vimos una especie de trinchera y nos escondimos. Nos seguían
alcanzando los tiros y de pronto notamos que algo nos cubría. Al cabo de un
rato pararon los tiros, miramos hacia arriba y vimos a una mujer que nos cubría
con su manto, nos condujo por un camino y nosotros lo seguimos durante 2 días
ella nos proporcionaba pan y agua. Llegamos hasta nuestras casas no sabíamos
explicar como habíamos llegado.
En el pueblo se comentaba que la Virgen había desaparecido 2 días y sin
saber cómo, había vuelto ha aparecer con el manto lleno de tierra.
Celia Huertas 5º A
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