Yo tenía 4 años por ese entonces.
Había una canción de moda que me gustaba, y un día mis padres fueron de Granada a Baeza y salimos una noche con mis titos.
Fuimos a una cafetería sonó la canción “Antes muerta que sencilla” y yo me puse en medio y empezé a bailar. Movía la cabeza, las manos y hacía todos los movimientos que la cantante hacía en el vídeo.
Dice mi madre que llamé la
atención de la gente de alrededor y al
final de la canción me aplaudieron y
dice mi madre que fue una anécdota
inolvidable.
Verónica Rojas, 5º A
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